Situaciones en las que jamás deberías usar tanga
Únicamente un par de gotas de orina ácida en la tira de la tanga puede irritar la piel sensible y causar una erupción.
Ya sabemos que las tangas nos hacen sentir sexys en todo momento, pero de acuerdo con el profesor de obstetricia y ginecología del Hofstra North Shore-LIJ School of Medicine, en Nueva York, Jill Rabin, usar tangas todos los días no es saludable.
Esto ocurre porque al ser el trozo de tela tan pequeño y llevarlo puesto todo el día, se corre el riesgo de que se mueva y pase del recto a la vagina. Las bacterias o posibles virus rectales estarían pasando de un lado a otro aumentando el riesgo de infectar la vagina o la vejiga.
Este tipo de efectos secundarios, explica Rabin, aumentan cuando la ropa interior no queda perfectamente ajustada, tanto cuando es demasiado grande como superpequeña. A continuación de dejamos algunas de las situaciones en las que no deberías ponerte tanga:
1. No usas ropa interior de algodón:
Los tejidos artificiales como el nylon atrapan la humedad. El algodón permite que el aire circule alrededor de la vagina haciendo que la piel respire, se mantenga el ph ácido de la zona y evitando las infecciones vaginales.
2. Vistes ropa de deporte:
La ropa apretada como los leggings de spandex puede interferir con la circulación del aire. Y si, además de llevarla apretada, la ropa está húmeda, peor, ya que se fomenta la aparición de bacterias que alteran el equilibrio normal de la vagina.
3. Llevas una minifalda:
¿Te sientas en el metro y se te sube la falda? En estos casos, es mejor que te pongas unas braguitas ya que si optas por el tanga, te vas a llevar puestas todas las bacterias que estén en el asiento.
4. Eres propensa a las infecciones vaginales:
Si adoras los tangas y jamás has tenido ningún problema, tu sistema inmunológico es digno de admirar. Pero si ya has sufrido varias infecciones vaginales o de orina, la tira del tanga puede ser la culpable.
5. Si estás embarazada y eres propensa a las infecciones:
Cuando estás embarazada, el sistema inmunológico puede no estar a tope, lo que aumenta el riesgo de infecciones vaginales y, en última instancia, puede poner en riesgo al bebé.
6. Falta de higiene:
El lavado diario con un jabón suave reduce el riesgo de infecciones vaginales.
7. No te cambias muy a menudo el tampón:
Si bien es poco probable que el tanga arrastre el hilo del tampón sobre el recto y luego vaya a la vagina, es algo que puede ocurrir. Esto podría suceder si te cambias el tampón con menos frecuencia que la ropa interior (lo que da más tiempo al hilo de que se infecte de bacterias). Para evitar una infección, usa un tampón de absorción más ligera y cámbialo cuando tenga húmedos sus dos tercios.
8. Usas compresas:
Las compresas, incluidas las especiales para tangas, pueden aumentar el número de bacterias en la vagina, especialmente si no la cambias con mucha frecuencia. Cualquier desorden en el equilibrio de la flora bacteriana de la vagina puede suponer un problema.
9. Te das duchas vaginales o usas desodorantes corporales:
El doctor Rabin está totalmente en contra de estas prácticas ya que pueden alterar la acidez natural y el equilibrio de la flora vaginal. Si esto es lo único que te hace sentir limpia, debes saber que puedes estar poniendo en peligro tu inmunidad. Para minimizar el riesgo de infección, elige ropa interior de mayor tamaño para una protección extra.
10. Tienes pérdidas de orina:
Dos de cada cinco mujeres menores de 60 años tienen pérdidas de orina ya sea por la práctica de deportes intensos o por aguantar el pis mucho tiempo. Únicamente un par de gotas de orina ácida en la tira de la tanga puede irritar la piel sensible y causar una erupción. Acude al médico si tienes pérdidas de forma regular.
11. No usas condones y tienes varias parejas sexuales:
Esto ya te condiciona a llevarte un susto y la tira del tanga podría causarte una irritación adicional aumentando la posibilidad de contraer una ETS.
12. Estás enferma:
Lo que significa que tu sistema inmunológico está más débil. Vamos, todo un campo de cultivo para una infección por gérmenes que lleguen a la zona íntima.