En Panamá también se cultivan uvas
Hablar de las plantaciones y cosechas de uvas hace pensar en los parajes de Chile, Francia o Italia. No obstante, en ciertos puntos del terruño panameño se está cultivando esta fruta.
Andrés Avelino Pérez coloca su mano derecha sobre la frente para cubrir sus ojos de los rayos del sol. Una mañana calurosa abrasaba su hogar en Miraflores de Penonomé, Coclé.
A un costado de su vivienda hay unas 50 plantas de uva. Es el tesoro de la familia, señala el dueño del pequeño viñedo.
Pérez, de 90 años, empezó esta travesía hace cinco décadas gracias a una estaca de uva que le consiguió un amigo italiano. Pasaron unos años entre ensayo y error, hasta lograr su primera cosecha, cuenta con orgullo junto a su esposa Olivia, quien lo ha acompañado en esta aventura.
Durante este tiempo han llegado a cosechar en cada producción entre 60 a 100 racimos de uvas, calcula Olivia.
La experiencia en el cultivo de esta fruta también se vive en la casa de Zenaida Rodríguez, de 33 años, residente en El Valle de Antón.
Rodríguez cuenta que su mamá obtuvo una estaca de uva en Chiriquí en 2014 y tras un año de haberla sembrado cosecharon 11 racimos de uvas en los meses de mayo y junio de 2015.
Las uvas panameñas no solo crecen en Coclé. En Chitré, Herrera, Álvaro Villarreal las cultiva desde hace unos cinco años. En enero de 2015 cosechó los primeros racimos, luego de cuatro años de haber plantado una mata que le había regalado su mamá.
De aquella primera producción fueron 11 racimos de uvas, especifica Villarreal, de 65 años, mientras observa a su “niña”, como le llama a la planta de uva.
La segunda cosecha fue en agosto del año pasado, de la que obtuvieron 40 racimos de uvas.
Cada uno de estos panameños ha cultivado sus uvas de manera empírica, solo con el apoyo de la información que han buscado en internet.
Se hace necesario investigar y estudiar los casos de estos agricultores, “ya que estos frutales no tradicionales están mostrando una adaptación al clima y el suelo del istmo”, comenta Ángel Carril, jefe de frutales del Ministerio de Desarrollo Agropecuario.
Carril añade que en una finca en Chiriquí también han trabajado desde 2002 con la variedad de uva morada denominada ruby.
Labor detrás de un pequeño viñedo
Aunque las uvas no son frutos tradicionales de Panamá, en ciertos rincones del país se han logrado cultivar. A consideración de las personas que han tenido esta experiencia, el secreto para lograr sus producciones está en una mezcla entre dedicación, paciencia, perseverancia y amor.
“Hay que tener paciencia, porque si siembra un plantón de uva tendrá que esperar un tiempo para la cosecha, más o menos de uno a cuatro años”, cuenta el chitreano Álvaro Villarreal, quien lleva dos cosechas de uvas de una planta que tiene en el patio de su casa.
Con Villarreal coincide el el veterano Andrés Avelino Pérez.
En Panamá las personas no son perseverantes, comenta Pérez. “Si sembraron una planta hoy y no le da frutos a corto plazo, no insisten más y dejan todo a medias”, sustenta el agricultor en medio de su viñedo en el barrio de Miraflores, en Penonomé, Coclé.
Zenaida Rodríguez tiene una planta de uva en el jardín de su casa en El Valle de Antón, Coclé, y a pesar de que solo esperó un año para cosechar las uvas, está consciente de que la dedicación es un gran aliado en esta aventura.
Las uvas poseen un período vegetativo con cosechas anuales, empezando a producir a partir del tercer año de instalada, explica Ángel Carril, jefe de frutales del Ministerio de Desarrollo Agropecuario.
Proteger la parra
En el renglón de la protección de las uvas, los dueños de estos pequeños cultivos compartieron su experiencia: han sido atenciones sencillas, pero que requieren de constancia.
Por ejemplo, hay que regar la planta todos los días y usar abono orgánico, apunta Villarreal.
Pérez comparte que en su caso también utiliza cáscara de café como abono, ya que son frescas y eso es lo que necesitan estas plantas.
En ocasiones ha usado gallinaza como abono y como el clima es muy caliente hay que mantener la planta con suficiente agua.
Además, hay que estar pendiente de las hojas y también cortarle la corteza del tallo de la planta, porque podrían atraer hongos que dañarán la mata, advierte.
Para protegerla de las aves las cubre con una malla, porque “los pájaros llegan a las uvas como abejas al panal”, añade Pérez.
Estos pequeños productores de uvas aseguran que nunca han utilizado fertilizantes para mejorar la producción.
Ciclo de producción
Contando un poco sobre el cultivo de las uvas en sí, y aunque ha ocurrido en fechas diferentes en estos tres casos, el procedimiento ha sido el mismo.
Una vez la planta echa sus flores y nacen frutos, tarda aproximadamente dos meses en madurar.
Después de la cosecha deben podarla de manera cuidadosa para que en unas semanas empiece nuevamente el ciclo.
Tanto Pérez como Villarreal y Rodríguez se instruyeron a través de internet y ejecutan estas técnicas de manera empírica.
No obstante, Pérez comparte que en su afán de conocer más sobre el cultivo de uvas viajará a Costa Rica a inicios de febrero para reunirse con un experto que le instruirá en el tema.
Este viaje también le dará luces para otro de sus sueños: la producción de vinos.
Proyecciones
Estos frutos han sido cosechados para el consumo familiar y para obsequiar a los amigos.
Sin embargo, Pérez tiene plantones a la venta a un costo de 15 dólares.
Por su parte, Villarreal tiene también entre sus planes junto a su esposa Ann Marie de Villarreal sembrar plantones para vender, aunque primero van a ampliar su parcela.
Por el momento, Rodríguez solo desea sembrar más plantones, pero para obtener frutos para el consumo de la familia. “No lo veo con un fin comercial”, acota.
Fuente: prensa.com