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Desventajas de tener un amante casado

Lo que en un principio te llena de emoción y expectativas, se puede convertir en tu peor pesadilla: un amante casado.

1. Serás la última de sus prioridades.
Te había prometido pasar un fin de semana solo contigo, pero ¡ay! cuando se trata de vacaciones, fines de semana o fiestas de guardar, será mucho más difícil que se invente un evento de trabajo o una reunión sorpresa. Y tu frustración subirá como la espuma. No te quedes en casa revolcándote en tu propia desgracia y búscate un plan divertido con amigas. No les des mucho la chapa con el ‘monotema’ o acabarás perdiéndolas.

2. Dejarás a un lado tu vida social.
Como estarás deseando verle porque te has enamorado profundamente, cualquier rato que tengas libre lo aprovecharás para estar con él, renunciando a los planes que siempre tenías con tus amigas. Tu pensamiento está centrado en una sola persona, y solo quieres estar a su lado. No te lo vas a pensar. Adiós vida mía (vamos, adiós a tu vida). Aprende también a decirle que no. Cuando tengas planes no renuncies a ellos por verle en ese hueco que él tiene en su ajetreada vida paralela. Que aprenda también a respetar tus tiempos.

3. Tendrás hijos sin ser madre.
Los problemas con su mujer van a ser el tema estrella de vuestras conversaciones. Eso si no tiene hijos, porque si es así, te vas a convertir en una madre experta antes de serlo. Para no herir sus sentimientos, aunque su familia te importe un pito, desvía la conversación hacia lo que a ti te interese. Terminará aceptando que no es a ti a quien debe contarle sus preocupaciones conyugales.

4. Te sentirás abandonada y sola.
Ese sentimiento de soledad que te invade cuando él se va, y la tristeza que te corroe sabiendo que su vida número uno le espera y a la que de momento no parece estar dispuesto a renunciar. Llama rápidamente a una amiga, a tu hermana e intenta tener una conversación que nada tenga que ver con él. Otra manera de desahogarte es escribiendo todo lo que se te pase por la cabeza o dibujando. También puedes salir a correr. Volverás mucho más contenta de lo que saliste de casa y encima estás haciendo ejercicio sin haberlo pensado.

5. Te invadirán sentimientos de culpa
De vez en cuando se te pasarán por la cabeza cuestiones como dónde te has metido, hacia dónde te lleva esta relación o qué parte de responsabilidad tienes en su caótica vida. Si eres culpable de algo, será del tiempo que has perdido cuando se acabe la relación. Nunca es tarde para volver a empezar.

Ya conoces las limitaciones de esta relación, si no tienes grandes expectativas, disfruta de ella hasta que deje de ser excitante. Cuando empieces a sufrir, dale un ultimátum, ha llegado el momento de que elija, aunque si hay hijos de por medio, tienes las de perder. Si has dejado de divertirte porque sus problemas os abruman y tú sientes la necesidad de que quieres ir más allá de unos meros encuentros furtivos, es hora de que cortes por lo sano, aunque te duela.
Fuente: Mi Diario