Papa defiende con firmeza el matrimonio católico y condena las demás uniones
El papa Francisco condenó con firmeza todas las formas de unión civil y defendió la indisolubilidad del matrimonio católico, en un discurso pronunciado este viernes para despejar toda «confusión» sobre las uniones, inclusive aquellas homosexuales.
Antes los miembros del Tribunal de la Rota Romana, el papa argentino quiso poner los puntos sobre los íes sobre el tema y advirtió que «no puede haber ninguna confusión entre la familia deseada por Dios y cualquier otro tipo de unión».
En su discurso el papa respondió a las preocupaciones de los sectores conservadores, contrarios a toda apertura sobre la familia, y se presentó también como un estricto guardián del dogma ante los medios de prensa, que lo suelen retratar como un progresista.
La transformación que vive la familia moderna, con numerosos creyentes que deciden convivir o casarse por lo civil y la batalla por la legalización de las uniones homosexuales, fueron temas abordados a pedido del papa por la jerarquía de la Iglesia mundial durante dos sínodos de obispos celebrados en 2014 y 2015 en el Vaticano.
Tras los debates, Francisco deberá divulgar este año, probablemente en marzo, la llamada «exhortación apostólica» sobre la familia con la posición oficial de la iglesia, enfrentada a una guerra interna entre los inflexibles conservadores y los progresistas, más abiertos al divorcio y a la homosexualidad.
La familia católica, insistió el papa ante la Rota, se basa en el «matrimonio indisoluble, unido para procrear», dijo.
La familia forma parte del «sueño de Dios para salvar a la humanidad», añadió.
El pontífice argentino reiteró que la iglesia debe de todos modos mantener «una mirada de compasión» ante aquellos que «viven en un estado objetivo de error», porque «siguen siendo objeto del amor misericordioso de Cristo y por lo tanto de la Iglesia», dijo.
«Con un renovado sentido de la responsabilidad, la Iglesia, sigue proponiendo el matrimonio, con sus elementos esenciales: la procreación, la unidad, la indisolubilidad, el carácter sacramental», dijo.
Un modelo que «no debe ser el ideal de unos pocos sino una realidad, a pesar de los modernos modelos centrados en lo efímero y lo transitorio», explicó.