Diplomáticos de EE. UU. y Venezuela se sacan chispas en Ginebra
La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, acusó este martes al gobierno venezolano de destruir los derechos humanos y le instó a abandonar el Consejo de Ginebra, a lo que Venezuela respondió asegurando que Washington «no tiene autoridad moral» en la materia.
«El gobierno de Venezuela está destruyendo los derechos humanos y la democracia en Venezuela», afirmó Haley durante un acto organizado por Estados Unidos al margen de la 35º sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
Acusándolo de «crímenes contra las instituciones económicas y políticas de Venezuela», aseguró que «el régimen de (el presidente venezolano Nicolas) Maduro está deliberadamente matando de hambre e hiriendo a su gente».
En los últimos años, Maduro ha «reforzado su tenaza sobre Venezuela, convirtiendo una nación antes próspera en una dictadura corrosiva», añadió.
«Esta es una crisis económica, política y humanitaria que exige la atención del mundo», lanzó Haley, considerando que «el Consejo de Derechos Humanos no tiene excusa» si «continúa ignorando las violaciones y abusos que está ocurriendo en Venezuela».
El embajador venezolano ante la ONU en Ginebra, Jorge Valero, le respondió afirmando que Washington «no tiene autoridad moral para acreditarse como juez universal en materia de derechos humanos».
«Insólito es que el imperio estadounidense, que ha masacrado pueblos enteros con sus guerras preventivas y practica la tortura contra personas arbitrariamente detenidos en centros ilegales, se pronuncie contra nación alguna», fustigó.
Desde la ONU en Nueva York, el representante venezolano, Rafael Ramírez, exministro de varias carteras importantes, dijo que «Estados Unidos no tiene ninguna ética para hacer ese llamado a Venezuela».
«Cuando Estados Unidos cierre la cárcel de Guantánamo, cuando Estados Unidos deje de deportar a los inmigrantes, cuando Estados Unidos deje de asesinar a los afroamericanos, cuando Estados Unidos deje de bombardear en el Medio Oriente, cuando deje de matar civiles en Siria podemos hablar de ese tema», afirmó.
Un ‘agenda parcial’ del Consejo
Previamente, la embajadora estadounidense había considerado que si Venezuela no puede luchar contra las violaciones de derechos humanos «debería renunciar voluntariamente a su lugar en el Consejo de Derechos Humanos hasta que ponga orden en su casa».
«Formar parte de este Consejo es un privilegio y un país que viola derechos humanos no debería estar autorizado a tener un sitio en la mesa», añadió.
Sin embargo, para Valero es precisamente Washington quien «debería no solo renunciar a su puesto en este consejo sino también pedir perdón al mundo por las atrocidades que ha cometido a lo largo de la historia».
En su discurso ante los 47 miembros del Consejo, Haley había lamentado que la ONU «nunca haya examinado una resolución sobre Venezuela, aunque en marzo adoptó cinco resoluciones parciales contra un solo país, Israel».
Israel es el único país que tiene un punto fijo en el orden del día de todas las sesiones del Consejo, que se celebran tres veces al año.
Junto a Estados Unidos, su principal aliado, han denunciado en numerosas ocasiones la «agenda parcial» del Consejo y se niegan a participar en los debates.
Los miembros del Consejo, elegidos por la Asamblea General de la ONU, incluyen en otros a China y Cuba, países criticados por Estados Unidos por su balance en cuestión de derechos humanos.
Misión de la ONU en Venezuela
Por su parte el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, dijo el martes que «la crisis creciente de los derechos humanos» en Venezuela «subraya la necesidad cada vez más urgente de un análisis imparcial y una ayuda rápida».
«Insto al gobierno a que acepte mi petición para una misión en el país a nivel operacional», reclamó.
El Alto Comisionado hizo esta demanda «en mayo», puntualizó a la AFP una portavoz de Zeid Ra’ad Al Hussein.
Venezuela vive desde el 1 de abril una ola de protestas opositoras al gobierno de Maduro que dejaron un saldo de 65 muertos y más de un millar de heridos.
Desde Caracas, el defensor del pueblo venezolano, Tarek William Saab, pidió la semana pasada a las fuerzas de seguridad que garanticen el respeto de los derechos humanos en la contención de estas manifestaciones.
Para Ramírez hay «un empeño» contra Venezuela.
«Parece un empeño personal de Nikki Haley, parece que es una mujer con aspiraciones políticas, y quiere utilizar a Venezuela para cabalgar sobre su base de apoyo que es de extrema derecha», concluyó.