Susan Samudio: La canción convertida en poesía
Para Susan Samudio, cantante soprano panameña, la música es libertad, es esa vibración que le confirma que está viva y que existe algo más grande que el yo. Es la forma más sincera en que podemos transmitir ideas y pensamientos, conectándonos con un mensaje profundo a través de melodías, acordes y ritmos.
Susan cuenta en la actualidad con un vasto repertorio que se extiende desde Música Antigua hasta obras Clásicas y Contemporáneas. Ella explica que todo comenzó desde pequeña. Le gustaba mucho cantar todo lo que escuchaba desde comerciales, canciones de la escuela, hasta las canciones que inventaba al jugar con su vecinita. Al ir creciendo, se inclinó hacia el pop, rock y luego metal. Alrededor de los 20 años llega a escuchar las arias de ópera, y queda impactada ante un estilo musical que en Panamá no era algo común. Recuerda que su voz siquiera se acercaba a ese sonido tan impresionante que llenaba sus ojos de lágrimas y le hacía erizarse, a pesar de no entenderlo textualmente por estar en otros idiomas.
A los 24 años, luego de tomar clases de canto popular, siente que algo le hace falta. Audiciona en el Conservatorio Nacional de Música, y es aceptada. Inicia estudios en el Instituto Nacional de Música (Conservatorio) en el 2009 con la Profesora María Urriola y actualmente cursa el último año del Ciclo Superior en Música con énfasis en Canto Lírico en el Instituto Nacional de Música.
Susan es miembro de ‘Ensamble de Solistas de Panamá’ dirigido por el maestro y compositor Ricardo Risco y ha sido finalista en el Concurso Internacional de Canto Ciudad Trujillo en Perú en el año 2014 y de igual manera en el Pustina International Competition en República Checa – 2017.
Ella visualiza el futuro del canto en el país con cada vez más jóvenes matriculados en el Conservatorio para aprender Canto Lírico, sin embargo, lamenta que no exista una Compañía Nacional de Ópera, y ni siquiera un Coro Nacional para seguir cultivando este arte. Siente que el interés por aprender existe pero se va desvaneciendo cuando no hay un lugar donde se puede interpretar todos los conocimientos aprendidos.
Percibe la reacción del público con miradas fijas, llenas de lágrimas, sonrisas sinceras y hasta recuerdos entrañables de la música que escuchaban sus padres. Esto la hace soñar y seguir educándose para ser una digna representante de este inigualable arte musical.
Para ella es muy importante la sensibilización a través del arte, y el orgullo de decir cuando le preguntan que es panameña. Por eso está convencida que el canto es una de las formas de expresión por excelencia y sueña que en el futuro existan recitales, óperas o conciertos líricos que sean permanentes en la agenda cultural del país.
Para terminar, opina que hace falta eliminar el pensamiento de que la ópera es para la clase alta y que se trata de «una señora gorda gritando’. La ópera es arte que transmite sentimientos y presenta desde situaciones cómicas de lo cotidiano hasta dramas históricos. Una vez quitado ese velo de misticismo sobre «la ópera» se necesita crear programas como las iniciativas de MetroCultura y Fundación Ópera Panamá para explicar este arte a jóvenes y adultos de tal manera que el público se acostumbre a convivir con este tipo de eventos siendo interpretado por artistas panameños.