¿Cuánto tiempo deben pasar niños en móviles y tablets?
Estamos introduciendo a los niños en la tecnología a edades cada vez más tempranas. Incluso comprobamos que niños de apenas dos años se desenvuelven perfectamente con una tablet para adultos, y las marcas de juguetes ya han desarrollado sus propias tablets para niños.
«Hay que saber administrar el tiempo que el niño hace uso de esa pantalla. En términos porcentuales, Christakis opina que ninguna actividad, sea cual sea, debe ocupar más del 10% de la vida de un niño pequeño. Y que actividades como cantar, leer, jugar o interactuar con adultos y con otros niños, no puede ser nunca sustituido por una tablet».
Los niños están cada vez están más rodeados de pantallas que ofrecen cantidades de información y estímulos, así como un grado de interacción inédito en la historia de la humanidad. ¿Qué efectos están ejerciendo estos cambios en la dieta cerebral de los niños?
Según Dimitri Christakis, pediatra e investigador de la Universidad de Washington que ha publicado casi 200 artículos de investigación sobre cómo las experiencias tempranas afectan a los niños:
«Un niño en un mundo desarrollado como Estados Unidos o en España empieza a ver la televisión normalmente con cuatro meses. Y ahora sabemos que en Estados Unidos el 75% de los niños de tres años tienen su propio dispositivo móvil. (…) Estamos introduciendo a los niños en esta tecnología muy pronto, y pasan mucho tiempo haciendo eso. Un niño de preescolar de Estados Unidos está unas seis horas al día viendo una pantalla de cualquier tipo en un día cualquiera.»
Explica Christakis, nacemos con el cerebro sin desarrollarse totalmente. De hecho, el cerebro de un recién nacido aumenta el triple de tamaño solo en los dos primeros años, y lo hace como respuesta directa a la estimulación externa. La razón de que nazcamos de este modo es doble.
Por un lado, el aumento del tamaño de nuestro cerebro, así como la adopción de locomoción bípeda de nuestros ancestros, que redujo el caudal pélvico para dar a luz un bebé de cabeza demasiado grande, propició que todos naciéramos a medio hacer. Una vez abandonado el claustro materno, todavía somos criaturas indefensas y desvalidas, a diferencia de los animales, que ya nacen instintivamente para cuidar de sí mismos, porque no estamos plenamente formados.
Nacer con el cerebro inmaduro nos ofrece otra ventaja evolutiva: nos podemos adaptar al medio en el que debemos prosperar mejor que cualquier animal, que ya nace con un programa mucho más fijo e inmutable. Ésa es la razón de que los niños aprendan por imitación, adopten el acento de las lenguas que se hablan a su alrededor, los rasgos culturales más sutiles y demás factores del ambiente. Incluso su forma de llorar viene determinada por el idioma materno.
Según sugiere la Academia Americana de Pediatría, en niños de 3 a 5 años se recomienda una hora de uso de pantallas interactivas. En niños entre 6 y 18 años, no más de dos horas al día.
La realidad, sin embargo, es muy distinta a este tipo de recomendaciones, tal y como evidencia un documento de la Academia Americana de Pediatría (AAP), que cita las siguientes estadísticas tras un estudio de la Kaiser Family Foundation: en promedio, los niños de 8 a 10 años pasan casi ocho horas diarias frente a una variedad de medios diferentes y los adolescentes pasan más de 11 horas diarias.
Fuente: Mi Diario